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Zompini y los oficios que salen a la calle en Venecia (Primera parte)

Un codega, un animador callejero con una marmota, un recolector de vidrio roto... Las calles de Venecia se llenaban cada día de hombres y mujeres que trabajaban al aire libre en los más variopintos oficios

Algunos oficios aun podemos reconocerlos hoy en día; otros, ni podemos imaginar que algún día existieron, pero nos transportan a una Venecia de colores, olores y sonidos de la vida cotidiana

En este artículo andamos por las calles: LOS OFICIOS PRACTICADOS EN EL SIGLO XVIII EN LAS CALLES DE VENECIA


¿ZOMPINI?


Probablemente no hayas oído nunca hablar de Gaetano Zompini, sin embargo, fue un gran ilustrador de la vida cotidiana de la primera mitad del siglo XVIII en Venecia.


Su obra principal, Arti che vanno per via nella città di Venezia (Oficios practicados en las calles de la ciudad de Venecia), que escribió entre 1746 y 1754, fue el primer punto de referencia para reconstruir y describir el bullicioso mundo de los vendedores ambulantes, artesanos, comerciantes y obreros que llenaron las calles venecianas.


Zompini nos recuerda que Venecia no sólo ha sido la ciudad de los magníficos palacios del Gran Canal y hogar de nobles envueltos en brocados y sedas. Venecia, era sobretodo una ciudad de gente trabajadora que realizaba su oficio en las calles todos los días.

El codega : el portador del farol


"Por la noche, unas veces voy a los teatros, otras al Ridotto (casa de juego veneciana), soy yo quien ilumina con la lámpara; y mientras paguen, puedo ir a cualquier parte"

En el pasado, Venecia no estaba bien iluminada por farolas a lo largo de sus numerosas calles, y en los sotoportego (pasadizos) venecianos, las únicas luces eran las llamadas "cesendeli", las velas que se utilizan para iluminar las imágenes religiosas en las paredes.


Después de un período de violencia hacia 1450, se aprobó una ley que obligaba a quienes se aventuraran a salir después de la puesta del sol a llevar una luz. Podían usar velas, candelabros, linternas y muchos otros tipos de luces.


La nobleza, los comerciantes adinerados y especialmente los extranjeros (foresti) iban acompañados de un sirviente llamado "codega" que sostenía una lámpara ante ellos y los ayudaba a abrirse camino o a no caerse a un canal, ya que por aquel entonces muchos canales no tenían barandillas.


El marmotina: adiestrador de marmotas


¿Una marmota puede adiestrarse?


El animador callejero hablaba así: "En el Carnaval, huyo de la nieve y traigo una marmota del Piamonte, y haciéndola bailar me gano la vida"

Durante el carnaval, Venecia se llenaba de malabaristas, acróbatas, actores y animales amaestrados y zoológicos itinerantes.


El Zaletto: el repartidor de galletas


"Tan pronto como es de día, grito: ¡zaletto (galleta veneciana) caliente!, ¡caliente con cebibo! (especias): por dos soldi y un marchetto (moneda veneciana)"

El extraño nombre de estas galletas, zalletti, se debe a su color amarillo, zàlo en dialecto veneciano, por la harina de maíz utilizada en la masa.


Hoy también se pueden encontrar estas galletas en las pastelerías venecianas


Escaparate de pasteleria veneciana donde se vende el zaleto


El inchiostro: vendedor de matarratas y tinta

"Yo soy el que vende tinta para escribir, y al mismo tiempo veneno para ratones, muy tóxico y terrible para ellos"

Los ratones cuelgan muertos del bastón como prueba de la eficacia del veneno.


Podríamos pensar que este oficio tenía mucho valor en una ciudad que pasó varias epidemias de peste, pero en el siglo XVIII, el vínculo entre la rata y la plaga aún no había sido detectado. Hasta finales del siglo XIX, Yersin no descubrió el bacilo de la peste ni se relacionó con las ratas.


Sin embargo, la presencia de ratones en Venecia debía ser muy numerosa y molesta, debido a que llegaban todos los días barcos cargados de mercancías, y seguramente también con estos "animalitos".


Venecia siempre ha estado plagada de ratones (los venecianos los llaman pantegane), incluso en la actualidad, y de hecho , el carnaval se abre oficialmente con el "vuelo" de la pantegana (una rata grande), realizada en papel maché, que navega en procesión por los canales.

¿Porqué el mismo que vendía matarratas vendía tinta? seguramente coincidiesen en algún ingrediente, pero no hay documentación al respecto.


Veri Rotti: el recogedor de vidrio roto

"Traigo tazas, vasos, botellas y vinagreras y vasos de todo tipo de Murano y me llevo a cambio ¡vidrios rotos!"

En el grabado vemos a una mujer bajando las escaleras, sosteniendo una bandeja, llena de vidrios rotos para el vendedor/recolector ambulante de vidrio de Murano.


¿Reciclaje de cristales rotos? En libros antiguos, dedicados al arte en vidrio de Murano, se puede leer que los trozos trozos de cristal y vidrio se reutilizaron para la realización de nuevos productos y se vendían al peso.


El Botter: el tonelero


uno de los personajes está terminando de construir un barril, mientras que el otro está ajustando una tina, que es una especie de medio barril, con la abertura más ancha en la base, que se utilizaba para lavar la ropa

En la Riva del Vin, paseo adyacente al puente de Rialto, se encontraba todo lo relacionado con el vino, aquí y en los alrededores, al pie del puente de Rialto.

A esta calle, el nombre le viene evidentemente, porque los barcos llegaban aquí cargados de vino.


Riva del Vin hoy en día, y en el cuadro de Canaletto


Los barriles se depositaban principalmente en almacenes en este paseo, pero antes se inventariaban porque estaba prohibido vender vino a granel. La calle dei Boteri, paralela a la Riva del Vin, está dedicada a los toneleros.


El Cappe: el mejillonero

"Durante el día, sobre el palui (fondos de laguna baja), mi padre recoge estos mejillones: de noche los vendo bien limpios"

Este grabado nos transporta a la venta nocturna de mejillones recolectados y ya limpios en remojo. Una mujer sale de la casa con una lámpara, para comprarlos.


En Venecia, en el siglo XVIII, se llevó a cabo la recolección de mejillones tanto manualmente, durante las mareas bajas, a lo largo de la costa como en algunos canales.


En los años cincuenta y sesenta todavía era posible encontrar en Venecia por la noche, vendedores ambulantes con cestas llenas de mejillones.


Muchos lugares han dejado constancia de estas profesiones, así podemos encontrar la calle dei botteri (de los toneleros), el hotel al codega (el "farolero") o ... las famosas galletas Zaletto en las pastelerías.

EL SIGUIENTE ARTÍCULO SIGUE INVESTIGANDO POR LAS CALLES DE VENECIA...
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