Una leyenda narra que el 4 de marzo de 1678, en Venecia, hubo un terrible terremoto debido al nacimiento del gran músico Antonio Vivaldi. Una partera atendió el parto del bebé, al que incluso hubo que reanimar, y pensando que no viviría y a pesar de que los bautizos fuera de las iglesias estaban prohibidos, decidió bautizarlo en su casa.
Lo llamó Antonio Lucio Vivaldi Calicchio y contra todo pronóstico, sobrevivió, pero parece que el diablo se introdujo en él.
Sí, hablamos del compositor de las Cuatro Estaciones, porque VIVALDI ERA VENECIANO.
Según se dice, el gran músico veneciano tenía una doble naturaleza: un lado oscuro y otro lado bueno que finalmente se impuso sobre él y se convirtió en sacerdote en 1703, al que apodaron el CURA ROJO (il Prete Rosso), debido a que era pelirrojo.
Pero Vivaldi era incapaz de terminar una misa, abandonaba el altar, porque le dolía el pecho. Sufría de asma y tenía frecuentes ataques, pero la gente echaba la culpa al demonio.
Tampoco fue capaz como compositor de crear una obra solemne que lo hubiese hecho famoso en el mundo y de hecho, VIVALDI CAYÓ EN EL OLVIDO A SU MUERTE, y no fue rescatado hasta el siglo XIX por unos estudiosos de Bach (Bach admiraba a VIvaldi y había transcrito varias de sus obras).
Se dice que aún hoy, cuando el viento corre y ondea las olas de la Laguna, el espíritu del cura rojo se consuela escribiendo en el agua esa composición que le haría famoso y que el diablo no le permitió hacer en la vida...
Vivaldi consiguió un trabajo como director musical en un hospicio para niñas huérfanas, El Ospedale della Pietà (Hoy no existe el Ospedale, pero estaba donde hoy vemos el Hotel Metropole).
Trabajó aquí entre 1703 y 1740, y compuso buena parte de su música para el coro y orquesta femeninos de esta institución. Las niñas y mujeres del Ospedale interpretaban la música en balcones ocultas a la vista del público. Con Vivaldi, las huérfanas comenzaron a ganar reconocimiento y consideración hasta en el extranjero.
Después se construyó la iglesia de la Pietà (1761), al otro lado de la calle, que hoy sigue existiendo y se eleva como un templo griego. Vivaldi asesoró al arquitecto sobre donde colocar los coros y el vestíbulo para bloquear el ruido del exterior.
El interior es oval y parece una sala de conciertos con rejas de hierro que recorren los muros laterales: es aquí donde actuaban las Figlie di Choro (las chicas del coro).
Los mejores conciertos de piezas de Vivaldi se celebraban en esta iglesia hasta no hace mucho (¡esperemos que vuelvan pronto!).
*2022: los conciertos se han reanudado
Siente a Vivaldi en este vídeo con las “chicas del coro”:
¿Cómo no se puede ser feliz escuchando a Vivaldi en la iglesia de la Pietà?
PUNTO 25 DE LA CAPA "PASEO POR CASTELLO"
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