Los muratori (llamados Mureri en dialecto veneciano) eran los albañiles, verdaderos magos en la construcción de las edificaciones de la ciudad. Sus conocimientos eran secretos e influyeron en los orígenes de la masonería.
Para la construcción de los edificios de la ciudad, los venecianos enterraron un bosque de millones de troncos de madera bajo el agua.
ESTOS ERAN LOS PASOS PARA LA CONSTRUCCIÓN
1. Antes de empezar con un edificio, en la zona a construir se clavaban largos troncos de madera muy junto entre sí, afilados en uno de los extremos como si fueran lápices, de entre 2 a 8 metros de largo. Estos “lápices”, se golpeaban con grandes mazos hasta que penetraban la capa de arena y fango, y se introducían en una capa de tierra muy consistente denominada “caranto”
2. Una vez estos pilares de madera estaban en su sitio, los cortaban horizontalmente para crear una superficie sobre la cual ponían dos capas de gruesas tablas de madera de alerce.
3. Por encima, se levantaba la base real, que consistía en un muro con paredes ligeramente inclinadas de bloques de piedra de Istria hasta superar el nivel de las mareas.
4. Y ya sobre este primer muro de piedra se colocan las columnas de la planta baja , o los muros perimetrales del edificio.
LA SCUOLA DEI MURERI
Es casi seguro que la corporación de los Mureri se fundó a principios en el año 1200, cuando los albañiles de Venecia se unieron bajo la protección de Santo Tomás Apóstol y San Magno Obispo y formaron una Scuola.
La prueba para convertirse en un murero no era sencilla, consistía en la creación de una balaustrada o, más a menudo, de una chimenea veneciana o camini, cuya típica forma de cono invertido, paralelepípedo, había sido especialmente diseñada para evitar que las chispas escapasen al exterior con riesgo de provocar un incendio.
En 1482 la Scuola adquirió un terreno vacío para construir su sede. El edificio, se encuentra en el número 3216 de la salizada San Samuele, aunque hoy es una residencia privada.
En el dintel de la puerta de entrada aún puede leerse el grabado: LA SCOLA DEI M(ureri), a partir de la M, un gancho de hierro para sostener la pared, lo oculta.
Sobre la puerta había un relieve que representaba la Deposición de Cristo, hoy desaparecido.
Si miramos en la segunda planta, un bajorrelieve muestra los emblemas de los Mureri o de los albañiles: la escuadra, la paleta, el martillo y la plomada y una inscripción que indica que fue alzado por varios maestros, cuyos nombres se indican, en 1483.
Estos símbolos estaban investidos de un valor simbólico que representaba virtudes como la precisión, el equilibrio y la rectitud moral.
En la sala del primer piso, conocida como la «Sala del Capitolo», donde se celebraban las grandes asambleas, se encontraba antiguamente el precioso retablo de Cima da Conegliano que representa a San Tomás Apóstol y San Magno obispo de Oderzo, protectores de los mureri, hoy conservado en las Gallerie dell'Accademia.
LOS ALBAÑILES Y LA MASONERÍA
Históricamente, la masonería surge a partir de los gremios de constructores de catedrales y otros edificios en la Europa medieval, conocidos como masones operativos. Estos gremios agrupaban a artesanos y albañiles que trabajaban en la construcción de grandes obras arquitectónicas, compartiendo conocimientos técnicos y protegiendo los secretos de su oficio.
Tenían sus propios símbolos y rituales. En Venecia, estos albañiles desempeñaban un papel esencial debido a la necesidad de una construcción sólida que se adaptase a sus condiciones particulares: construir sobre el agua.
En los siglos XVII y XVIII, los gremios de constructores, que hasta entonces eran grupos de albañiles “operativos” (es decir, constructores reales), empezaron a incluir miembros "especulativos" o no constructores. Estos nuevos miembros trajeron una interpretación filosófica y espiritual de los símbolos y herramientas de los albañiles.
Así fue como la masonería operativa se transformó en una fraternidad especulativa con un enfoque en la moral, la ética, el conocimiento y la búsqueda de la verdad.
Los albañiles venecianos, con sus conocimientos prácticos, fueron fundamentales en los primeros desarrollos de la masonería, que luego evolucionó hacia una organización con fines filosóficos y espirituales, inspirada en el simbolismo y las enseñanzas de los antiguos gremios de constructores.
En ciudades como Venecia, un albañil era una especie de alquimista, que convertía los materiales cotidianos para construir en obras extraordinarias, por ese motivo los masones les tomaron como ejemplo, porque su trabajo en la tierra se consideraba equiparable al de Dios en el cielo 📐🛠
PUNTO 69 DE LA CAPA "PASEO BARRIO SAN MARCOS"
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